Día 1: Llegada a Madrid y un poco del centro

Hoy he llegado a Madrid después de un viaje de algo más de 10 horas desde Bogotá. En términos generales el viaje fue bueno a pesar de una amenaza de migraña antes de que el vuelo saliera. Nos embarcaron en el avión a tiempo, pero el avión se demoró en despegar, de hecho todo el sábado hubo vuelos retrasados, porque una tormenta en la noche del viernes obligó a cerrar el aeropuerto. El caso es que vi un reflejo raro en una revista y ahí me empezaron las luces de la migraña. Afortunadamente ya estaba en mi lugar, así que me toco cerrar los ojos durante todo el viaje y esperar a que me pasara el dolor. Cuando llegué a Madrid, ya solo tenía el rezago del dolor.

Transmi en Barajas. La verdad no iba tan lleno, pero el trencito
que iba de un  terminal al otro siempre tenía gente.

Esta era la segunda vez que pasaba por Barajas, la vez pasada había hecho escala aquí, aunque no había salido a la ciudad. Esta vez el aeropuerto no me impresionó tanto, aunque la verdad es que si es muy grande y muy chévere. La vez pasada era la primera vez que veía un aeropuerto tan grande.

Mi querida esposita me estaba esperando a la salida del aeropuerto. La verdad que me sentí llegando como a El Dorado, porque había harta gente en la puerta. A Diana también se le hizo raro, porque no habíamos visto eso en otro lado, pero ella me decía que estábamos llegando hartos colombianos y ecuatorianos. Esa pudo ser la razón.

Centro de Madrid

Luego de ir al hotel y descargar salimos un rato al centro de la ciudad. Diana es contenta viajando en el metro, es más se compró el pase del mes y anda con su mapita todo raido para encontrar las rutas. Me gustó que el metro tiene hartas rutas, aparte de con los buses, el sistema de transporte público parece funcionar bien.

Metro de Madrid

En el centro dimos algunas vueltas cerca de la plaza mayor. Me llamó la atención que está rodeada por un gran edificio cuadrado. Los accesos son como huecos en este gran edificio.

Plaza mayor

Este día lo más destacable de lo que hicimos en el centro fue visitar el mercado de San Miguel, donde probamos algunas tapitas muy ricas. Es un sitio que no se puede dejar de visitar.

Interior del mercado de San Miguel

Para cerrar el día y como yo había estado de cumpleaños el viernes anterior, Diana me invitó a comer al restaurante del Palacio de Cibeles. También está en el centro, aunque esta parte del centro es diferente a la ciudad más vieja.

Palacio de Cibeles