El Bernabéu es una nevera

No se si las expectativas eran muy altas o qué, pero la verdad salí un poquito aburrido del Bernabéu y apreciando más el ambiente del Campín. Esperaba un poquito más de un partido de la Champions, pero bueno el partido contra el Bourussia Dourmont, apenas era de primera ronda.

Santiago Bernabéu - Real Madrid vs Bourussia Dourmont

Arranquemos por lo bueno, la entrada al estadio es perfecta y no toca esperar mucho tiempo, con llegar a la puerta 20 minutos antes del partido es suficiente para estar a tiempo en la silla. Algo que ayuda mucho a esta agilidad es que no tienen que hacer tantos controles de seguridad, nada de varios anillos alrededor del estadio ni nada de eso.

El estadio en sí es imponente, ya desde afuera el tamaño le da cierta majestuosidad, pero yo creo que eso mismo juega en su contra. La última vez que estuve en el Campín fue en la parte alta de oriental, donde se alcanzaban a ver relativamente bien los jugadores y a sentirse el ambiente de estadio. En el Bernabéu estábamos en la parte alta de occidental, la parte play es oriental, y los jugadores se veían como hormiguitas casi que como desde un helicóptero, porque para no alejarse mucho en el eje horizontal, las tribunas son súper empinadas. Ya esta lejanía visual y sonora del campo, le resta a la experiencia.

La salida de los equipos y eso que la cámara tiene 20x de zoom óptico

Lo otro que enfriaba el ambiente era la barra del Madrid, solo había una pequeña porción que le ponía realmente ganas a la vaina, pero estaban lejísimos de mi. Realmente estaba mucho más interesante la barra del Bourussia, cantaban, saltaban, se quitaban la camiseta; en fin le ponían ese sabor que le dan las barras de aquí al fútbol.

La barra del Bourussia, esperando el incio del partido

Resumiendo para mí el tamaño del estadio juega en su contra y el ambiente no alcanza a ser tan chévere. También debo admitir que si hubiera pagado una boleta más cara y hubiera estado más cerca del campo, estoy casi seguro que la cosa habría sido diferente. Pero es que eso es algo rico del Campín, que casi desde cualquier lado uno medio le alcanza a distinguir la cara a los jugadores, en la silla en la que estaba en el Bernabéu apenas los distinguía por la contextura y el número de la camiseta.

Con el frío que hacía y el ambiente tan frío casi me  congelo.